lunes, 16 de junio de 2008

El miedo entre flores

Monólogo para improv


Cuando era chiquita tenía muchos miedos, miles de millones. Uno de ellos era que pensaba que los fuselajes de los cohetes que se desprendían caerían exactamente sobre el techo de mi casa, o mejor dicho sobre mi jardín y exactamente el día de mi santo, como prometía caer uno. Otro... que todos los presos que se acababan de escapar de Lurigancho... el loco Perochena etc, entrarían a robar a mi casa y se llevarían los objetos de valor, que después lo peor de todo sería escuchar los llantos de mi madre ... y que finalmente todas las noches un tipo no frenaría y se estrellaría con su carro contra el muro de mi casa...

Miedo siempre miedo, el miedo debajo de mi cama, en el jardín debajo del Suche, esa era la esquina oscura, gris, donde entre flores azules mis primas y yo jugábamos Ouija... era el lugar perfecto para que se aparezca un espíritu ... pero el ruido ensordecedor de la avenida del costado de mi casa no nos dejaba escuchar si alguien hablaba, reconocer si la mesa de tres patas temblaba por algún espíritu o por los micros que pasaban. Las manitos tímidas, las miradas conectadas, la pregunta temblorosa y más de una jalaba la copa hacia las respuestas del o el no, MMMM

las bolas de los ojos se nos abrían del miedo, nuestras manitos se paralizaban y preguntábamos ¿Quién eres? y nadie respondía, entonces empezaba el cochineo, "Soooooy tu tía Juuuuulia" (la tía severa que se acababa de morir) Entonces nos reíamos y decíamos ya pues! luego de varios días de intentar conseguir algún espíritu pasajero, nos miramos y dijimos esto no funciona, no nos liga. Mis primas se fueron, subí a mi cuarto, rezé como me habían enseñado, me cantaron la linda canción del pato y depronto como a las cinco horas me despertó un ruido que samaqueó toda mi casa. ¡TembloR !!!! grité. No! había sido un auto que se estrelló contra la esquina de mi casa, un borracho rompío la columnas, las mallas metálicas y llegó justo hasta debajo del Suche, mi mesa de tres patas salió disparada, felizmente había guardado la copa. Desde ahí juré nunca más volver a jugar Ouija.

lunes, 2 de junio de 2008

¡Suerte la mía ! gracias por todo Paul, te extrañaré...



Pensamientos a Paul Sills,

Cuanta suerte he tenido de haber conocido a alguien como Paul, alguien tan auténtico, creo que la persona más verdadera que conocí en mi vida. Era realmente refresacante ver como detectaba la mentira en cualquier aspecto: en las actitudes, las poses y en la actuación, era un excelente maestro de lo real, de lo verdadero, de lo bello, abría los caminos hacia la sinceridad, y nos decía "es un camino largo, las personas dejan todo y se van meditar a las montañas" . Me acuerdo que me moría de miedo que me dijera "get the fuck out off stage" como le había dicho a cientos de actores y alumnos, (felizmente no me dijo eso). Lo recuerdo con su palito de dientes en la boca, parecía un granjero, sentado sobre un cubo viéndonos como hacíamos de animales en alguno de los cuentos de Grimm.
Lo que más me gustó de él, era su estilo "tosco para hablar" lo que compensaba con su infatigable búsqueda por la belleza de lo invisible, de lo desconocido, recuerdo como nos quitó todos los roles que jugábamos (sus alumnos) entre nosotros para invitarnos a ser nosotros mismos y así desde cero con autenticidad poder dar vida a otros personajes. Me acuerdo de su claridad para comprender los cuentos y los juegos, para entender y ver lo invisible. Lo suyo era sagrado y seguirá siendo. Decía :"there is no technique there is only respect for the invisible". Me acuerdo como abría las manos y aparecían las llaves de oro, caminaba y crecía el pasto, jalaba antorchas de todos lados y se iluminaban los escenarios, paseaba por cuartos de reyes y abría tules y cortinas entrando en habitaciones llenas de oro, con alfombras persas y los más finos bordados sobre cubrecamas y cojines.

Fuiste un verdadero maestro. Gracias por haberme enseñado "out of your head and in to the space ", gracias por reirte con mi vieja árabe y con mi goose, gracias a ti y a Caroll por haberme invitado a tu casa en Wisconsin y gracias por enseñarme a empezar a abrir las puertas de los mundos de colores. Finalmente tus enseñanzas cambiaron mi vida, y espero poder transmitir lo que tu me enseñaste a la gente que quiera jugar y seguir jugando into the unkown.

Gracias, gracias, gracias

Paul Sills falleció ayer.

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